Ritmos visuales

El sonido genera ritmos, pero las imágenes también. Según como las dispongas entre sí te sugieren unas melodías u otras. Al igual que la música lo organiza con sonidos, otros campos artísticos lo manifiestan con imágenes que hacen sentir emociones al espectador. 

El ritmo visual es una secuencia de figuras y formas que se pueden repetir de manera idéntica o que mantienen su apariencia modificando progresivamente su tamaño. Lo podemos observar por ejemplo en la animación frame a frame: dibujos sencillos que dispuestos unos detrás de otros, mostrando y ocultando las imágenes rápidamente, estas producen un efecto óptico que simula el movimiento propio de la ilustración, fotografía u objeto utilizado para su reproducción.

Cuando nos situamos frente a una obra de arte la recorremos con la mirada, nos sentimos atraídos a ella por diferentes motivos aunque a cada uno de nosotros despierta una clase de sentimientos y reacciones. El arte nos manda mensajes, nos llega por todos los sentidos y nos muestra que estamos vivos por su capacidad de tocar en nuestro interior, nos conmueve y nos hace reflexionar.

Una obra puede ser dinámica, ser relajada y ordenada, caótica hasta el punto que el observador se sienta perturbado emocionalmente. El lenguaje artístico nos conecta con lo humano. Nos enriquece mental y espiritualmente ayudándonos a crecer y a entender nuestra forma de ver el mundo. El arte habla sin palabras, es un medio de expresión profunda.

Existen muchas formas de arte visual donde se mezclan habilidades técnicas con sensibilidad artística. 

Tenemos ejemplos de ritmo visual en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana; no nos paramos a pensar, pero si te detienes un poco y observas … la vida es un ritmo en sí misma.